Azalais, sin música.

Registraba el vaho de tus sentimientos
en el daño de mis labios
y un viento frío de niebla
en el claro agitado
de mi abierto deterioro emocional;
sólo palabras desnaturalizadas
salen de mi boca
pero para que decirlas
si no las escuchas.

No pude convencerte:
un pájaro herido
no puede anidar bajo ningún tejado.
No habrá invierno ni hielo
que no atraiga mi mente
fundida en desaliento
Tú habrás pasado por mi vida
sin detener el reloj del remiendo.

Ahora que escucho derrumbarse
los muros que nos sostenían
-Sin música ni argumentos-
puntuando los andamios grises,
flacos y derrotados,
tomo mis palabras,
vuelvo a mi vida.

Comentarios

Unknown ha dicho que…
vuelvo a mi vida, y a mi que la vida de sacada me lleva
Enrique Sabaté ha dicho que…
La vida es una vieja correveidile, paro tan intensa que encesita ser vuelta del revés una y otra vez.


Gracias.

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