Un romance para un loco.

Sean bienvenidos todos, caballeros, niños, damas, a este rincón de Castilla, entre la sierra y la mancha; a este cruce de caminos donde confluyen las aguas, a este manantial o fuente, donde brotan las palabras, a este lugar conocido, a esta ciudad donde el alma a veces se sobrecoge, y en otras se toma a guasa, esto que se llama vida, así van forjando causas.

Ya vendrán las desventuras y las hieles más amargas, pero que tarden y sean como espíritus en danza, como cantares de gesta de esta visigoda raza, avatares de moriscos, de conversos, en confianza, de moros y de judíos, en fin de todas las castas que por el lugar pasaron.

A un rincón de las Españas, cuna, cárcel y convento, la que fue madre y madrastra, tierra de nuestros mayores, ésta que el manco cantara, la que mal pago le dio y hoy recibe su honra y fama, mas como dijera entonces, entre el rigor y la chanza, no se tome nadie a mal lo que las lenguas declaman, lo que no deja de ser, nuestra propia idiosincrasia. Producto de nuestra tierra, viña de un reino de taifas, la condición natural de nuestra índole humana, tópico temperamento, que en la Compluto romana, en causas de religión a tantos martirizara. Avatares de la historia, ya ven, las cosas que pasan, las que cantan los romances a la luz de alguna chasca en palacios y en castillos o en las humildes cabañas, las que a reyes divirtieron y se oyeron en majadas, vieja tradición oral de sucedidos y hazañas, del cantar del mío cid a la pérdida de Alhama, del rey godo don Rodrigo a Rodrigo de Triana.

Tierra de contemplación y aventuras arriesgadas. Tierra de Santa Teresa y de Fray Luis de Granada, del conde Fernán González y los infantes de Lara, del valiente Mudarrillo, de Don Sancho y Abenámar. De tierras de Extremadura a la viejas Vascongadas, de Covadonga y Pelayo a aquel Madrid de los Austrias, de venta de puerto Lápice a Barcelona y su playa.

No diré de los borbones, que eso está en otras andanzas, en el romancero nuevo que celebra sus jornadas, estemos por lo que estamos, ahora en estas circunstancias, hablando de Don Quijote y de su fiel Sancho Panza, de Cisneros y Tenorio, Doña Urraca y Torquemada, de Roldán en Roncesvalles, de Lanzarote y sus damas, de aquel Bernardo del Carpio, el de la afamada lanza, de aceifas y correrías, de diezmos, pechos y parias, de gabelas y tributos, contribuciones, alcábalas, aunque hacienda somos todos dejemos de menealla, prosigamos el romance ya pagaremos las tasas, que en estos tiempos que corren las cañas se tornan lanzas, mas que a nadie se le olvide que a mal tiempo, buena cara, como diría el buen Cidi, de quien don Miguel nos habla, quien con su hueste aguerrida antes de entrar en batalla, decía sencillamente, sus y a ellos mis mesnadas, por Castilla y Aragón, Santiago y cierra España, esto es anacronismo disculpada sea la falta, trújose aquí a colación porque el verso nos cuadrara.

Prosigamos el impulso que el romance nos depara, justo es que sea así, pastor vuélvete a tus cabras, al romance carolingio, al noble marqués de Mantua, a Gaiferos, Valdovinos, por el val de las estacas, por el Zacatín arriba, por las góticas murallas, libros de caballerías, al buen Amadís de Gaula, a la cuesta del Zulema, a Clavileño y Berganza, a Ramiro de Aragón y a las riberas de Arlanza.

A Cepìón a Gargantúa, la cueva de Salamanca, A Montesinos, Ginebra, Al rey Arturo y su espada, Al patio de Monipodio, al Marqués de Santillana, Al cerro del rico home, y a la muy mal maridada, a este viejo romancero que es la flor de las palabras.

A Alfonso llamado el Sabio y al rey chico de Granada, de las almenas de Toro hasta Alcalá y sus murallas, en esta tarde de Abril a Cervantes dedicada, seamos como Belardo, y la osada doña Lambra, cristianos viejos o nuevos, judeo-conversos, o nada, heterodoxos, herejes, o de la fe musulmana, personajes de entremés, o de novela de fama. En fin para que les cuento, como ya saben sus gracias, que cualquiera fantasía realmente es superada. De lo que aquí escucharán y verán todo es mojama con la mejor intención. Vayan contentos a casa después de pasar un rato de música y de palabras en elogio a Don Miguel, a Quijote y Sancho Panza.
Público que aquí llegó, las gracias les sean dadas.

Comentarios

ybris ha dicho que…
Con razón siento, como ya te dije, haberme perdido tus actuaciones.
Leyendo tu romance se me va el recuerdo al placer que experimentaba oyendo los pregones del inolvidable alcalde Tierno Galván.
Hay personas como tú que sabéis hacer belleza hasta de la -según tú mismo dices- mala leche que os pudiera caracterizar.

Abrazos.
Enrique Sabaté ha dicho que…
No te preocupes, habrá más días. Ahora salgo para ir a Hontoria del Pinar un pueblo de Burgos, tocamos con Pliego de Cordel.

Ya nos contratarán en Madrid.

Un abrazo.
Amparo ha dicho que…
Hola Enrique, buena manera de prosear con versos.
Decirte que si no sabes que ya no eres Castilla, a no ser que te acerques unos kilómetros hacia acá. Una pena, pero así es, uno nunca puede decir nada acerca de la geografía, te ponen un límite aquí y un nombre, y hala, a contentarse.
Bueno, bromas aparte, muy bien tu romance, en serio.
Saludos
Enrique Sabaté ha dicho que…
Gracias Amparo. Madrid es Castilla y lo demás son brindis al sol de la historia.
Amparo ha dicho que…
Razón tienes.
Esto de mover las líneas y dejar quieta a la gente, marea.
Castilla: la nueva, madrid toledo ciudad real cuenca y guadalajara.
Siempre preguntábamos por qué Guadalajara era la última.
Ah
Saludos
Caminante ha dicho que…
Castilla: la nueva, madrid toledo ciudad real cuenca y guadalajara.
....
Y ALBACETE! a mí me suena más así.
Besos. PAQUITA
Caminante ha dicho que…
Castilla: la nueva, madrid toledo ciudad real cuenca y guadalajara.
....
Y ALBACETE! a mí me suena más así.
Besos. PAQUITA
Caminante ha dicho que…
¡se me fue la tecla!

Entradas populares de este blog

Vestuarios

Reflejo en mi mismo