Servidumbre de paso.
Nada más para decirte
que las calles fermentaron
sus orgasmos de cerveza
barata, y en sus aullidos
impertinentes y faltos
de futuro nos hirieron.
Tanto cartón es molesto
desafía a la mirada,
de ciudadanos prosaicos,
este paisaje de grifos
desvalidos, y feroces
fracasos desalentados.
Envuelta su pringue en tela
de pobreza y basurero
no importan ni aun así mismos,
y son cada día más,
ejército de patriotas
del hambre y de los andrajos.
Exequias de la virtud
de una penuria aseada,
insumisa y conveniente.
Sienta al pudiente a un menú
de remiendos aliñados
con vinagre de rapiña.
¿Qué más quieres que te cuente?
La espera sin perspectiva
en paisajes de ignorancia
y un vacío ultramontano
en la piel, sobre la arteria
del chisme y el desacuerdo.
Los espectros conocidos,
libérrimos de indigencia,
de vino canalla y malo,
vendimiado en chapopote
de abominables enredos
en una industria obstinada.
Residentes discordantes
en su alcoba de emergencia,
niégaseles la ocasión
de salir del agujero,
deriva su circunstancia
la fuerza de la costumbre.
Sólo por esto te escribo
sé que no sirve de nada,
es sólo una queja al viento,
esto es así, no se cambia;
el hereje se incorpora
a la nómina posible.
que las calles fermentaron
sus orgasmos de cerveza
barata, y en sus aullidos
impertinentes y faltos
de futuro nos hirieron.
Tanto cartón es molesto
desafía a la mirada,
de ciudadanos prosaicos,
este paisaje de grifos
desvalidos, y feroces
fracasos desalentados.
Envuelta su pringue en tela
de pobreza y basurero
no importan ni aun así mismos,
y son cada día más,
ejército de patriotas
del hambre y de los andrajos.
Exequias de la virtud
de una penuria aseada,
insumisa y conveniente.
Sienta al pudiente a un menú
de remiendos aliñados
con vinagre de rapiña.
¿Qué más quieres que te cuente?
La espera sin perspectiva
en paisajes de ignorancia
y un vacío ultramontano
en la piel, sobre la arteria
del chisme y el desacuerdo.
Los espectros conocidos,
libérrimos de indigencia,
de vino canalla y malo,
vendimiado en chapopote
de abominables enredos
en una industria obstinada.
Residentes discordantes
en su alcoba de emergencia,
niégaseles la ocasión
de salir del agujero,
deriva su circunstancia
la fuerza de la costumbre.
Sólo por esto te escribo
sé que no sirve de nada,
es sólo una queja al viento,
esto es así, no se cambia;
el hereje se incorpora
a la nómina posible.
Comentarios
Un abrazo fuerte, campeón.
El poema me recuerda al exceso gastronómico que nos viene encima. Para no ver.
Chao
Las recuerdo vagamente, me parece que hacían un zumo entre amarillo y naranja dulce, pero no sé si sería el mismo madroño que se llame así también. Sí, haremos nuestro plotach navideño.