Soledad sin perspectiva
Tomé el vino de tus labios rojos
en la espléndida tarde incombustible,
bajo el sol aterido del invierno
con un beso fugaz, vibrante y triste.
Enredé en los espacios y las sombras
entre abrazos de arena y tus mohines;
presencié, azabache, mi aislamiento
de este antiguo pesar que se repite.
Derroté en mis trastornos la manía,
acertada a vencer por lo terrible,
disfruté en una pausa malograda:
tu altanero rubor que hoy me persigue .
Sometí mi razón a tus caprichos,
cotidianos y espesos, siendo firme
solo encuentro aparejos destrozados
y un paisaje lunar: mis cicatrices.
en la espléndida tarde incombustible,
bajo el sol aterido del invierno
con un beso fugaz, vibrante y triste.
Enredé en los espacios y las sombras
entre abrazos de arena y tus mohines;
presencié, azabache, mi aislamiento
de este antiguo pesar que se repite.
Derroté en mis trastornos la manía,
acertada a vencer por lo terrible,
disfruté en una pausa malograda:
tu altanero rubor que hoy me persigue .
Sometí mi razón a tus caprichos,
cotidianos y espesos, siendo firme
solo encuentro aparejos destrozados
y un paisaje lunar: mis cicatrices.
Comentarios
Te comunico la publicación de tu texto...
*abril 22, 2011. Gorrión. A Merce
Publicado por Enrique Sabaté kikesabate.blogspot.com/ en domingo 20 de febrero de 2011 dedicado a filoabpuerto.blogspot.com/
Te salieron barbas, Picapíacalles,
escapando a poco del temido gato
y el amor perfecto que fue un arrebato,
pícaro despierto ¿dónde no te halles?.
Anda siempre listo y el canto no calles.
Enseña maestro gramática parda,
ciencia vagamunda que no se acobarda,
y escribe a lo grande con letras minúsculas;
otros que se apunten las obras mayúsculas.
¡Tú! ilusión de niño, cuento a media tarde.
Etiquetas: EMPAT(IZ)ANDO
Un abrazo: PAQUITA