Atrapó en sus manos la doncella tierna
a aquel unicornio con su voz de espiga
lo llevó a palacio lo miró su amiga
y envidiosa quiso robarle la eterna
guía fantasiosa que da tal linterna
quiso ser a un tiempo guerrera y auriga
y pasó a ser sola cruel enemiga
que encierra celosa la triste caverna.
El tapiz no cuenta la historia que escribo
que habla más de magia de alquimia y deseo
pero yo ya sabes que embauco y recreo
en el laberinto mi afán posesivo
y es por estas ganas de apostar que os privo
como la doncella del bien que saqueo.

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