Un cuentecillo.
Para empezar la mañana
yo quiero contarte un cuento:
Era un duende ceniciento,
vivía en una campana
que sonaba con el viento
a todas horas del día
pero no siempre se oía,
sólo si estaba contento,
nada más cuando el quería
y no se dejaba ver
al cabo de amanecer
y a aquellos que él elegía,
este simpático ser
no sé si era el o ella
pero tenía una estrella
guardada en un neceser
y en los dientes una mella,
un sombrero azul marino
y una túnica de lino,
la capa, color grosella,
cantaba con desatino
y en su voz desafinaba
mas los árboles guardaba
con un olfato tan fino
que todo lo olisqueaba
y a cada rato aventaba
ora el haya, ora el pino,
y así hasta que amanecía
luego cuando va dormir
el duende suele decir:
yo quiero contarte un cuento:
Era un duende ceniciento,
vivía en una campana
que sonaba con el viento
a todas horas del día
pero no siempre se oía,
sólo si estaba contento,
nada más cuando el quería
y no se dejaba ver
al cabo de amanecer
y a aquellos que él elegía,
este simpático ser
no sé si era el o ella
pero tenía una estrella
guardada en un neceser
y en los dientes una mella,
un sombrero azul marino
y una túnica de lino,
la capa, color grosella,
cantaba con desatino
y en su voz desafinaba
mas los árboles guardaba
con un olfato tan fino
que todo lo olisqueaba
y a cada rato aventaba
ora el haya, ora el pino,
y así hasta que amanecía
luego cuando va dormir
el duende suele decir:
Comentarios
No entro demasiado al blog desde que he sido abuela por quinta vez y de mellizos, pero sigo leyéndote.
Un cuento precioso así que lo pondré en prosa para mi uso y consumo y lo contaré a la chiquillada poniéndole yo un final feliz...
Les diré que lo escribió un amigo.
Un abrazo, Carmen.