Un cuentecillo.




Para empezar la mañana
yo quiero contarte un cuento:
Era un duende ceniciento,
vivía en una campana
que sonaba con el viento
a todas horas del día
pero no siempre se oía,
sólo si estaba contento,
nada más cuando el quería
y no se dejaba ver
al cabo de amanecer
y a aquellos que él elegía,
este simpático ser
no sé si era el o ella
pero tenía una estrella
guardada en un neceser
y en los dientes una mella,
un sombrero azul marino
y una túnica de lino,
la capa, color grosella,
cantaba con desatino
y en su voz desafinaba
mas los árboles guardaba
con un olfato tan fino
que todo lo olisqueaba
y a cada rato aventaba
ora el haya, ora el pino,
y así hasta que amanecía
luego cuando va dormir
el duende suele decir:

Comentarios

Perlita ha dicho que…
¿Qué solía decir el duende? ¡Ay...que me dejas con la intriga en los labios!
No entro demasiado al blog desde que he sido abuela por quinta vez y de mellizos, pero sigo leyéndote.
Un cuento precioso así que lo pondré en prosa para mi uso y consumo y lo contaré a la chiquillada poniéndole yo un final feliz...
Les diré que lo escribió un amigo.
Un abrazo, Carmen.
Enrique Sabaté ha dicho que…
Gracias Carmen. Enhorabuena. El duende suele decir: "amigos, tened buen día".

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