El camino del pueblo rumí.


Pregúntale a ese viento tibio arcano
si ignora el recorrido desde oriente
que trajo hasta esta tierra del romano
a  un pueblo tan furtivo y a su gente.

Pregúntale sin pena, el sufrimiento
que tiene el que llegado a patria extraña
en alas de la angustia y el tormento
alegra el corazón en tu compaña.

Pregúntale sin miedo a las punzadas
si es música el reguero que a su aprieto
volviendo la zozobra atolondrada
procura los compases del respeto.

Seguro que conoce las respuestas
que encarnan al valor si hay injusticia.
¿No brillan sus metales en orquestas,
sonoras  por audaces, con pericia?

Un cajón de arena
roja de amargura;
cómo  lo sabes,  aire que es tu pena
mi buenaventura.

Cuanto has tenido que andar
hasta aquí para quedarte
con la pena en tu cantar
y el tesoro de tu arte.

Se ha despintado una rosa
de su color carmesí

para hacer de ti una diosa.

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