Robur el conquistador. De Jules Verne. Ilustración para la primera edición de 1885 por George Roux. A Marisa Lozano Fuego
El humano siempre niega
el valor del semejante
al visionario gigante
a inquisiciones lo entrega.
Necio de sí porque llega
a cerrar en campo puertas.
Pero al cabo deja abiertas
según cada circunstancia
al agravio y la ignorancia
credo y certidumbres muertas.
Humanidad decidida
a ser un coto indolente
malcarado y resistente
al avance, a la partida
de gente más atrevida.
Es este el ecosistema:
proclamando un anatema
en negación de
evidencia
a la razón y la ciencia
opuesto a cada teorema.
Aparentar que el suceso
tras haberse demostrado
fue fielmente secundado
y afirmar que en el proceso
se defendió a carne y
hueso
por mejorar la manera
que incluso aunque se opusiera
a convención anterior
no apoyó al inquisidor
que prendió la otrora hoguera.
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